Los
gitanos viejos del barrio
aguardaban
su primer llanto,
mientras
amanecía en el patio
que
daba cobijo a los grillos.
Y
la luz… se quebró ante ella.
Llegó,
con retazos de noche
enredada
en el flequillo.
Traía
en la piel la pesadez
del
verano, y un gran vacío en
el
alma recién estrenada.
…
… …
Campanas
tocaban a fuego,
y
una nueva vida, pequeña,
chiquita
y casi invisible,
braceaba
guiñando al sol.
Génesis.
Así fue el comienzo.
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