Hoy
está lloviendo
y
el alquitrán antes reseco,
te
devuelve su olor amargo.
Cimbrean
cristales rotos,
el viento se esconde en el miedo
que
se aloja en tus ojos negros;
y
tú, pequeña puta
ofreces
tu sexo por unos
reales
que sacien tu hambre.
Ay!
menina da rua,
que
asco de mundo!, tiemblas…
porque
ya conoces el final.
…
… …
Y
la muerte, se enredó
entre
tus rizos y la esquina
donde soñabas otra suerte.