La desnudez de los cuerpos
disolvió los márgenes
de lo abstracto,
y la
perfecta imperfección
quebró las directrices
del destino.
Melodía y armonía, fueron
los parámetros del alma
de la creación,
y los deseos del creador
alumbrando flores
de mil infinitos colores
dieron la vida al Mundo…
y la música se hizo carne
y se ofreció para ser parte
de cada uno de nosotros
y taladrando las almas
y empapándolo todo,
vibró el orbe.
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