Camino
al abrigo de la noche, con los pies
descalzos
por senderos bañados de luna.
He
vivido el ocaso del imperio de las flores
y
el renacer del mar en los ojos del amor.
Sacié
mi hambre con el fruto de los sueños
y
ahora, ya saciado de misterios y de soles
me
preparo a solas para ir muriendo.
Si;
para ir muriendo, porque todo acaba
para
que un nuevo comienzo pueda seguir
cantando
cada día nuevas canciones
bordadas
de flores de naranjo y de cilantro.
He
sido un año difícil, segué vidas y
aplasté
amores, pero también forjé héroes
y
nacieron azules estrellas bendecidas.
Viví
la lucha y la muerte de muchos y asistí a
los
partos cuajados de esperanza de otros;
y
ahora tú, ataviado con tus mejores galas
brindarás
con vinos deliciosamente viejos
por
nuevos y hermosos sueños.
¡Brindarás!
y llegará el Año Nuevo
ese
que no es otro que el renacer del tiempo
siendo
yo mismo que vuelvo;
que
vuelvo nuevo y pendiente de estrenar
para
que tú albergues ilusiones sin par,
y
yo te ofrezca la maravillosa oportunidad
de
caminar por mil nuevos senderos
donde
puedas conquistar todos los cielos
cuando
las flores
te enseñen a
volar!
Azrael Adhara
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