Nadia va a la escuela siempre que puede. Allí le han enseñado que los dragones no existen de veras, que son seres fabulosos creados por la imaginación de los hombres para protagonizar cuentos y leyendas; pero cada noche, Nadia tiembla acurrucada entre los brazos de su padre.
Cuando surge la oscuridad,
negros dragones iluminan el universo con su fuego infernal.
Esta noche, han devorado a
Nadia y a sus sueños de libertad.
En la Franja de Gaza, los
dragones sí existen.
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