Esta
noche no tiene luces.
Esta
noche no tiene alcoba,
no
esconde besos ni susurros
ni
tiene brindis ni caricias.
Un
equipo de emergencias
inicia
las maniobras de
reanimación.
Incansables,
no
se rinden, siguen y siguen:
¡Desfibrilando
a doscientos!
y
dos de trangorex en vía...
(Se
nos cae la tensión, no hay pulso).
No
hay respuesta, todo acabó.
Acabó. Y mientras..., yo sigo,
sigo
esperando a que amanezca.
Me
gusta la belleza de la
luna
reflejada en los charcos.
¡Que
importa que ronde la muerte!
¡La
luna sigue siendo luna!.
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