Quiero invitarte a un baile,
y no importa que estés muerto.
El frío helará mis huesos,
pero qué importa...
vestida de desesperanza,
adornada de tu ausencia,
pisaré la pista
e iré a tu encuentro.
Quiero invitarte a un baile,
y no importa que estés muerto;
que nos alumbre la luna...
y nos caliente el infierno.