Canta cigarra
entre las hojas rojas
de la vereda.
(Versos dedicados a los defensores y defensoras de las tierras colombianas)
Ahora
que los ríos están llorando
la
sed de la gente de sus pueblos
ahogados
por la injusticia de otros,
Jani…
Joel… que nadie desespere;
que
la fuerza de la Tierra os guarde
mientras
la umbría selva os protege
de
las garras invasoras del poder,
porque…
si
callan la tangara y el compás
la
mañana aplastará con su peso
muerto
todos los abrazos perdidos,
María…
Danelly… alcen su voz;
no
dejen que amanezca tan oscuro y
sigan
cantando con todos los pájaros
al
derecho de la Tierra a respirar
en
paz.
Raquel,
mi querida Raquel,
entre
líneas y en silencio
hoy
quiero entonar
tu
Canción de Libertad!
Sí;
ya sé que pisotearon
los
lirios que bailaban en tus ojos;
y
que también aplastaron
al
ruiseñor
que
animaba con su canto
al
pueblo amordazado.
Raquel,
las flores que
enarbolan
tu mirada
siguen
perfumando la franja
con
aromas de cielo abierto;
cuando
te arrancaron de Gaza,
la
Tierra vomitó sangre
dolorosamente
golpeada
por
tu partida, sin saber
que
tu voz siempre
va
a seguir cantando alto y fuerte
tu
hermosa canción
de
esperanza y libertad.
quien
te ha visto y quien te ve!
cuando
surcabas la bahía
saleroso
y aguerrido,
guardando
en la escotilla
la
luz del anochecer
escondiendo en la cubierta
a
mi luna de mar y de piel.
¡Ay
Vaporcito del Puerto
quien
te ha visto y quien te ve!
yo
soñaba en tu derrota
con
mil cuentos marineros,
cuentos
de salitre y de espuma
cuentos
de sal y de estero;
y
tú me ofrecías esa ruta
que
abarcaba el mundo entero.
¡Ay
Vaporcito del Puerto,
quien
te ha visto y quien te ve!
la
noche vistió su luto
cuando
te vio perecer
y
yo entono mi llanto
cuando
te miran mis ojos
desmembrado
en la Ribera
olvidado
del amanecer.
¡Ay
Vaporcito del Puerto,
quien
te ha visto y quien te ve!