viernes, 19 de febrero de 2010

La despedida


Ya tengo la maleta preparada y
no quiero; me cuesta cargar su peso.
Cada atardecer, busco las estrellas
mientras tú, amor mío, velas mis sueños.

Cuando parta el tren, y me veas marchar,
sonríeme, sonríeme y canta, canta,
ensordece con tu voz a la orquesta;
¡mata y aplasta mi miedo a la muerte!.

... ... ... ...

Temblorosa me acerco a la frontera;
los músicos ya iniciaron el réquiem,
y cada vez se les oye más cerca.

Las notas vuelan suaves “ma non tropo”,
y tú, amor, caminando a mi lado
alumbras las tinieblas de la senda.


Gracias por todo; por todo, amor.

3 comentarios:

MiLaGroS dijo...

precioso, tierno y romántico. Disculpa mi ausencia. No he estado bien. Volveré. muchos besos

María Dolores dijo...

Pues aquí estoy dentro de la Cueva y me ha encantado tu poema. Yo pienso que cada día es como una despedida y una puerta abierta al siguiente.

Me ha encantado la sensibilidad y el cuidado con que bordas cada verso y me parece un precioso canto al amor.

Loli.

Loli.

isabella dijo...

ME FASCINAN TUS POEMAS Y TU BLOG.
CAROLINA