“Sakura”
En primavera
florecen los cerezos
junto al Shojiko.
“Luna de verano”
Luce radiante
la luna de verano en
Kawaguchito.
Azrael Adhara
“Sakura”
En primavera
florecen los cerezos
junto al Shojiko.
“Luna de verano”
Luce radiante
la luna de verano en
Kawaguchito.
Azrael Adhara
La soledad de las sillas
guarda un profundo secreto.
En la soledad del lago
las gaviotas
graznan alborozadas;
en el camino claro
los niños cantan
gozosos sus canciones rimadas;
en lo inmenso del lago
el agua ronronea
para decir que sigue viva;
y fuera de todo,
las sillas respetan el silencio,
el silencio de aquellos
que se marcharon una tarde
y dejaron su corazón
anclado
a una estampa de verano.
Azrael Adhara
Acuarela de María Pilar García
Entre las sombras
ya no hay flores brillantes.
No queda nadie.
Azrael Adhara
Entre los juncos
la sorprende el céfiro
y emprende el vuelo.
Azrael Adhara
Lleno de vida
hoy comienza el verano.
Vuelven las grullas.
Azrael Adhara
Retorno al pueblo
como todos los años.
Son mis raíces.
Azrael Adhara
Un día lo perdió todo.
Ya no recuerda cuándo, ni cómo, ni por qué. Solo sabe que ya no tiene nada.
Cada atardecer espera que sea el último y así poder obviar los recuerdos; pero esta tarde, ha encontrado su silla.
Todavía conserva el barniz que protege sus maderas y el terciopelo grana de su mullido asiento.
Todavía recuerda como a diario se sentaba a esperarla vislumbrando el atardecer desde su ventana, alborozado y dichoso.
Azrael Adhara
Quiero contarte así: soy florecilla y cante,
florecilla espinosa, cante altivo y gitano,
con mil soles y lunas, volando entre las manos.
Soñadora y tirana, lengua larga y mordaz,
buscadora del reino llamado Libertad;
echadora de cartas, inventora de cuentos,
habitante del bosque de los duendes sin dueño.
Con la mochila al hombro, apátrida viajera,
paso a paso, adelante, ignorando fronteras.
Me gusta leer... cantar... aprender... y escuchar,
galopar por las tierras, fondear en la mar.
Caminante, cantora, amante y soñadora,
caprichosa e impaciente, no cedo a las demoras;
díscola y caprichosa, atada a la locura;
no quiero sucumbir, cediendo a la cordura.
Así, esa soy yo, personaje de cuento,
raíz de espino albar... y guardiana del viento.
Azrael Adhara
Inicio del verano,
en la fiesta del pueblo
la volvió a encontrar.
Azrael Adhara
y el silencio también es música.
Porque el infinito no es un número
y las estrellas muertas siguen brillando;
por todo eso y por mucho más,
haz de tu vida un sueño
y de los sueños
tu realidad.
Azrael Adhara
Bellas e inquietas
buscando su sustento.
Sobre el humedal
esbeltas y gráciles,
la pareja de garzas.
Azrael Adhara