martes, 16 de diciembre de 2008

Homenaje a Shakespeare

LXXXI

O vivo para hacer vuestro propio epitafio,
o vos sobreviviréis a mis podridos huesos,
mas no podrá la muerte arrancar tu memoria,
aunque todo lo mío no se recuerde nunca.

Desde aquí, vuestro nombre tendrá vida inmortal,
y yo, cuando me vaya, moriré para el mundo,
me darán en la tierra una fosa común,
mas vos tendréis la tumba en el ojo del hombre.

Porque tu monumento serán mis dulces versos,
que ojos, aún no nacidos, un día leerán;
y las lenguas futuras comentarán de vos
cuando los que hoy respiren estén ya todos muertos.

Pero vos, viviréis -por virtud de mi pluma-
en el labio del hombre, cuando nace su aliento.

No hay comentarios: