(Pensamientos de un viejo artista habitante del recuerdo)
jugabas con miles de lunas
y bailaste
lujurioso
entre los sueños.
Era solo
la inexperiencia
de la juventud.Ahora que se acerca la tarde,
llega la oscura y cochina sombra.
Te cubre, te aplasta
y te hace sentir
ignorado.
Te llamas a ti mismo;
dices tu nombre
una y otra vez,
cambiando
de tono y modulación,
y ni siquiera tú
te escuchas...
Estás al borde del abismo...
¡Salta!
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