jueves, 3 de septiembre de 2009

Mi nombre

Todos tenemos derecho a un nombre;
y el mío, se torna sagrado cuando
tu boca lo nombra, como música
recién creada, vibrante y viva.

No, no hay mejor sitio que tu boca
para ofrecer cobijo a mi nombre,
cueva repleta de caracolas
que esconde al mar, germen de vida.

Que bien suenan sus sílabas entre
tus labios, si tus ojos me nombran.
Cada vez que lo escucho, acudo
a la llamada. A tu llamada.

1 comentario:

MiLaGroS dijo...

Precioso Azrael. Siempre nuestro nombre suena precioso cuando lo pronuncian con amor. Un beso. milagros